sábado, 28 de marzo de 2009

Sam Cooke, Mr. Soul Man



Hace un par de años le dedique la sección "Caja de Pandora" de la revista La Mano a un grande del soul, un músico pionero llamado Sam Cooke, que tuvo una enorme influencia sobre artistas de varios géneros musicales en las siguientes décadas. Esta es la nota.


Sam Cooke, Mr. Soul Man

Sam Cooke tuvo una influencia muy fuerte sobre soul de los ’60, como que inspiró a personajes claves como Otis Redding, Wilson Pickett, Aretha Franklin y muchos más. También fue ídolo de toda la generación de rhythm and blues inglesa, desde Eric Burdon a Stevie Winwood, pasando por Rod Stewart y los propios Rolling Stones.

Nacido en Clarksdale, Mississippi, el 2 de enero de 1931, Cooke ingresó en 1950 a The Soul Stirrers, el grupo de gospel más importante de la posguerra, que por entonces grababa para Specialty, sello que luego apoyaría el nacimiento del rock and roll contratando a Lloyd Price, Little Richard y Larry Williams.

Sus grabaciones con los Soul Stirrers transformaron completamente al mundo del gospel de principios de los ’50. Era lógico: dueño de una pinta privilegiada y de un estilo vocal muy cálido y natural, Cooke no tardó en transformar a las reuniones de iglesia en auténticos conciertos masivos.

En 1956 Cooke debutó en el campo del pop con “Lovable”, que vendió alrededor de 25.000 copias. Pronto grababa estándares como “Summertime” y se mudaba al sello Keen, donde debutó con “You send me” en 1957. Fue un éxito instantáneo y el principio de una serie de grandes canciones que –aunque corrieron suerte diversa en términos de ventas- se han vuelto clásicos indiscutibles de su discografía, como “Only sixteen” y “Wonderful world”.

A pesar del éxito, Cooke no las tenía todas consigo. Hubo una etapa de litigios por regalías y de entuertos managerísticos que terminó con un nuevo cambio de sello, estaba vez hacia RCA Victor. Allí le asignaron dos productores italianos llamados Hugo y Luigi, y aunque sus primeros registros fueron una mezcla de estándares y canciones algo insípidas, Cooke logró un nuevo hit en 1960 con “Chain gang” y comenzó a matizar su rol de intérprete con el de productor artístico. Con el tiempo, su material comenzó a definir un estilo propio y los arreglos de sus discos a desplegar una producción más “carnosa”. Nuevos hits fueron “(Ain’t that) Good news”, “Twistin’ the night away” y hasta una versión de “The little red rooster”, de Willie Dixon.

En julio de 1964 Cooke fue grabado en vivo en el Copacabana, en aquel entonces el club más caliente de Nueva York. El álbum subsiguiente fue un gran suceso y tuvo tanta importancia para el desarrollo del soul como el “Live at the Apollo” de James Brown. Para algunos, no obstante, la actuación consagratoria definitiva de Sam Cooke fue la que realizó en 1963 en el Harlem Square Club, de Miami, un show febril y excitante que –insólitamente- permaneció inédito hasta 1985.

Los años ’60 había traído vientos de cambio. La sociedad negra estadounidense estaba en pie, clamando por sus reivindicaciones. Los coletazos de esta lucha se filtraron al mundo del espectáculo y Cooke comenzó a condimentar su repertorio con material más intenso. El álbum “Ain’t That Good News”, editado a principios de 1964, traía el clásico “A change is gonna come”, un estándar que siempre habrá de evocar los días de las luchas por los derechos civiles de los afroamericanos.

Cuando parecía que Cooke pegaría el salto hacia el mega estrellato, el mundo se enteró, azorado, de su muerte a balazos en un confuso altercado ocurrido en un motel de Los Angeles, el 11 de diciembre de 1964. Morir en la cumbre de la popularidad es una forma segura de asegurarte el status de leyenda y en el caso de Sam Cooke su indeclinable influencia sobre cantantes de varias generaciones y la perenne popularidad de sus canciones parecen confirmar su reputación como el primer gran soul man de la historia.

Alfredo Rosso

jueves, 19 de marzo de 2009

ALL TOMORROW'S PARTIES : Un Festival Diferente

Fue a principios de 2001 y la idea primordial de ir al festival ALL TOMORROW'S PARTIES era asistir al retorno del mítico grupo neoyorquino TELEVISION. Sin embargo, Television fue la guindita sobre la torta de un evento genial. Desde la elección de los participantes al lugar en sí, All Tomorrow's Parties fue pura magia. Esta fue la crónica, tal cual salió en su momento en RADAR, el Suplemento de Página 12.

All Tomorrow's Parties: El Retorno de los Brujos

Por Alfredo Rosso

En Camber, una pequeña localidad inglesa situada al sureste de Londres, sobre el Canal de la Mancha, tuvo lugar, el 6, 7 y 8 de abril, un festival diferente. A diferencia de los eventos masivos que pueblan el verano inglés - en los que predominan el rock y el pop convencionales- All Tomorrow’s Parties fue una celebración de música experimental y osada. Además, y por sobre todo, produjo el retorno triunfal del grupo Television.

La premisa de Barry Hogan, organizador de All Tomorrow’s Parties, es original: nombrar cada año un artista de prestigio en el campo de la música de vanguardia para que haga de curador del festival y se ocupe de la programación artística, de acuerdo a su gusto y criterio. Para la edición 2001 de ATP, Hogan designó a Tortoise, la banda de rock experimental de Chicago. Y fue una elección acertada, ya que, durante los tres días que duró el evento, asistimos a una oferta musical variada, que recorrió varios aspectos del rock alternativo, el pos-rock, la electrónica, el jazz y el hip-hop de vanguardia.

En lugar de ocurrir a la intemperie, a merced de los vaivenes climáticos de la caprichosa primavera inglesa, All Tomorrow’s Parties se realiza en Pontins, un complejo turístico compuesto por un edificio principal donde están los dos salones que contienen los escenarios principal y secundario. También alberga un pub, varios bares y un restaurante, una sala de juegos y varios recovecos donde uno puede tomarse un descanso de tantos decibeles. Este edificio está rodeado de varias filas de bungalows, con agua caliente, baño, camas y cocina, para que los casi tres mil asistentes tengan todo lo necesario para alojarse cómodamente durante los tres días que dura el festival.

El viernes fue el día del hip-hop experimental en el escenario número dos, con la presencia de Mike Ladd y de la Def Jux Posse. El set de Ladd fue impactante. Sus rimas están realzadas por estructuras musicales que integran electrónica y samples que producen un efecto de trance sobre el oyente, para abordarlo, al mismo tiempo, con letras directas, de contenidos profundos. La técnica de Def Jux Posse ( con tres rappers invitados para este recital: Cannibal Ox, El-P y Mr. Lif) estuvo más enrolada en el hip-hop tradicional: un asalto adrenalínico de rimas, exhacerbado por el enloquecido contrapunto de testimonios que se desató entre los tres MC’s. De los artistas previos vale la pena mencionar a Radian, exótico trío electrónico –teclados, guitarra, batería- donde la percusión, los sonidos encontrados y hasta el uso creativo de la estática van creando una paleta envolvente y curiosamente adictiva.

El escenario principal abrió el juego con The Ex, legendario grupo holandés que lleva más de veinte años moviéndose en los bordes del punk experimental con una fuerte dosis de comentario social en sus letras. La banda estrenaba su nuevo larga duración, Dizzy Spells y me quedó pegada la letra de “Nobodies’s Dream”, que el cantante G.W. Sok desgranaba entre ráfagas de guitarra eléctrica: “El sueño de una pulga es comprarse un perro/y el sueño de un Don Nadie es escapar / del destino, de la historia / Los Don Nadies sueñan que un día / de repente / milagrosamente / la buena fortuna les lloverá / pero la buena fortuna no cae como lluvia / ni ayer, ni hoy, ni mañana...”

La catarsis colectiva, sin embargo, estuvo esa noche a cargo de la Sun Ra Arkestra. La nueva administración del saxofonista Marshall Allen, tuvo el buen gusto de no intentar reemplazar a su fallecido líder con ningún otro tecladista, de modo que hoy día la orquesta es un frenesí de saxos, trompetas, trombón y percusión. El objetivo es crear una música con un swing auténticamente interplanetario, por usar una definición que de seguro alegraría al viejo comandante. Los ritmos contagiosos, los cantos comunitarios, la imagen exhuberante de los músicos en trajes de colores que resaltaban con el brillo de las lentejuelas, todo esto -sumado a un tácito sentido del humor- hizo de la actuación de la Arkestra una auténtica celebración.

Tortoise comprendió que cargaba con el peso de jugar de local y, a su habitual destreza para generar climas casi hipnóticos con sus excursiones instrumentales, agregó un elemento de pasión y calentura a un set que también tuvo la bendición de la variedad.

Mi teoría personal es que el hecho de que muchos de los participantes de All Tomorrow’s Parties se conocen entre sí desde hace bastante tiempo obró como un factor positivo a la hora de los shows: nadie quiso entregar menos del cien por ciento de lo que eran capaces. El neo country a menudo lánguido de Lambchop, por ejemplo, nunca sonó tan adrenalínico y enchufado como en la noche del sábado, y lo mismo puede decirse de otro de los platos fuertes que dio esa noche el escenario principal: Calexico, que exprimió al máximo las posibilidades de ese jugoso híbrido de rock, Tex-Mex y música de mariachis que constituye su repertorio. Ante tal despliegue, los paisajes electrónicos del dúo Boards of Canada -con sus guiños al Tangerine Dream de antaño y sus proyecciones fílmicas, de un delicioso anacronismo- cautivaron durante un rato pero tuvieron un cierto dejo anticlimático. Un piso más abajo, por la intimidad de club nocturno del escenario dos, desfiló un pionero de la guitarra eléctrica experimental, Derek Bailey. Desmintiendo sus setenta y un años, el nativo de Sheffield desató abigarrados, estridentes soliloquios en el instrumento, y le mostró a los oídos atentos adónde remite en el tiempo el hilo conductor que une a otros vanguardistas virtuosos como Fred Frith y Elliot Sharp. The Sea and Cake, viejos amigos y conciudadanos de Tortoise, trazaron una amable ruta musical que abarcó lounge y bossa-nova, mientras que The Eternals fueron una revelación. Quienes afirman que ya está todo inventado deberían escuchar su peculiar fusión de rock de avant-garde y mantras de hip-hop.

Llegó el domingo, la lluvia y el frío. Pero el último día del festival largó con todo con Rick Rizzo y Tara Key. Ambos tienen amplia experiencia en el medio alternativo estadounidense, como que Rizzo integró el excelente y criminalmente ignorado Eleventh Dream Day y la Key tiene pergaminos similares como parte de Antietam y Babylon Dance Band. Imaginen una música de cámara, con violas y cellos, que de pronto se desmadra con el ataque de tres guitarras eléctricas frenéticas, y tendrán una idea de lo que intentan el dúo y sus músicos acompañantes. En el mismo escenario dos habrían de revalidar pergaminos unos viejos cruzados de la electronica, el dúo Autechre. En este rubro, sin embargo, se llevó las palmas el grupo Prefuse 73 y sus inquietantes collages musicales, en los que fragmentos sonoros inconexos luchan por integrarse a una misma composición.

Como fuere, la atención de la mayoría de los presentes estaba puesta en el escenario principal. Broadcast había inaugurado la noche con su híbrido de sonidos progresivos y guiños al rock de la Costa Oeste, modelo ‘68. Yo La Tengo arrancó con “The Kids Are Alright”, de los Who, preludio de un ataque rockero desenfrenado, muy distinto al show versátil pero contenido que ofrecieron en La Trastienda el pasado mes de febrero.

Finalmente llegó el momento más esperado del festival. El retorno de uno de los grupos más importantes que dio la new wave y el rock estadounidense en general: Television. Eran las once de la noche, cuando Tom Verlaine, Richard Lloyd, Fred Smith y Billy Ficca subieron a escena. Hubo una espera tensa, interminable, mientras Verlaine terminaba de afinar su guitarra. Luego, la aplanadora. Pocas veces vi una banda tocar con tanta seguridad, con tanta musicalidad, con tanta clase. Tocaron la mayoría de las canciones de su tercer álbum de 1992, Television, lo cual sirvió, de paso, para revalorizar los grandes momentos de ese disco injustamente relegado. “1880 or So”, “Call Mr. Lee”, “No Glamour For Willi” y “Beauty Trip”, figuraron entre los títulos elegidos. Por supuesto, el clásico “Venus” desató una gran ovación, al igual que el tema con el que cerraron el show, “Marquee Moon”. La mini-suite que titula su ya legendario álbum debut, sirvió para degustar como nunca el contrapunto guitarrero entre Verlaine –más sutil y agudo- y Lloyd, el del ataque abrasador. El clamor popular los devolvió a escena para dos bises: “Glory” y otra gema de Marquee Moon, “Prove It”, cuyas palabras finales, sirvieron como broche de oro para la actuación de Television: “este caso está cerrado,” dijo Verlaine, antes de desaparecer con sus compañeros en la noche de Camber Sands. Amén.

All Tomorrow’s Parties resultó, en definitiva, una experiencia refrescante en el ámbito, a menudo previsible, de los festivales que toman al rock como punto de partida. En estos momentos ya se están ultimando los planes para una edición estadounidense, que se haría en California el próximo mes de octubre, con Sonic Youth compartiendo la selección artística. Por su parte, la versión inglesa 2002 promete contar con el grupo Shellac (del prestigioso músico y productor Steve Albini) como curadores. Es como para ir haciendo la reserva...

All Tomorrow’s Parties

Una Discografía Selectiva

Television: Marquee Moon (Elektra, 1976); Adventure (Elektra, 1978); Television (Capitol,

1992)

Broadcast: The Noise Made by People (Warp,2000)

The Ex: Dizzy Spells (Ex Music, 2001)

The Eternals: The Eternals (DeSoto Records, 2000)

The Sea and Cake: Oui (Thrill Jockey, 2000)

Tortoise: Standards (Warp, 2000); TNT (Thrill Jockey, 1998)

Lambchop: Nixon (Merge/City Slang, 2000)

Calexico: Hot Rail (Quarterstick/City Slang, 2000)

Rick Rizzo-Tara Key: Dark Edson Tiger (Thrill Jockey, 1999)

Mike Ladd: Welcome to the Afterfuture (Ozone, 2000)

Boards of Canada: Music Has the Right to Children (Warp, 1998)

Yo La Tengo: And Then Nothing Turned Itself Inside Out (Matador, 2000)


miércoles, 11 de marzo de 2009

LA HISTORIA DE INCREDIBLE STRING BAND


Cuando publiqué el blog previo acerca del disco "A Trick of the Senses", de Incredible String Band, reparé en el hecho de que hasta ahora en Mundorosso hemos publicado noticias y reportajes de la banda pero nunca una nota integral acerca de su historia, de modo que quise reparar esta omisión, subiendo este artículo que fue publicado hace algunos años en la revista El Musiquero. Le agradezco a mi amigo y colega Claudio Kleiman quien en su momento tuvo la tarea de recibir los originales y de coordinar su publicación, cosa que hizo sin tocarle ni una coma. Espero que la disfruten. Ah! y ya que estoy me doy el gusto de publicar la foto de tapa de "5000 Spirits or the Layers of the Onion", realizada por The Fool, aquellos diseñadores holandeses que les pintaron a los Beatles el frente de la boutique de Apple. (ilustración de la derecha).

Nota sobre INCREDIBLE STRING BAND publicada por revista "El Musiquero" en 1997. Actualizada en abril de 2004.


La Increíble Banda de Cuerdas

por Alfredo Rosso


Había una vez un grupo que hablaba de todas las cosas, grandes y pequeñas, del universo y sus estrellas, de profetas, reyes y plebeyos, de las estaciones y su constante fluir, de amebas, minotauros y cachorros, de Cristo, Budda y la Diosa Blanca… Del enorme y fascinante misterio que compartimos todos los que estamos a bordo de este Gran Barco del mundo. Ese grupo se llamó Incredible String Band.
Los Incredibles empezaron como un trío folk en 1965, en su Escocia natal, hasta que sus fuerzas pivotales, Robin Williamson y Mike Heron, decidieron soltar amarras y lanzar sobre el mundo una visión integral de música y poesía que no tiene paralelo en el campo del rock.

Uno dice "rock" para ubicarlos en el contexto cultural en que se movieron pero, en realidad, Incredible String Band trascendió todos los estilos. No fueron rock, folk, pop, blues, música étnica u oriental sino todo eso y más aún
En el rock corrían tiempos de fronteras sinuosas -la imaginación todavía no estaba amordazada por las fórmulas de la multimedia. Era 1965 y el dúo de Williamson y Heron más un amigo común llamado Clive Palmer bajaron de Edinburgo a Glasgow para tocar canciones folk en el club Incredible, un reducto de poetas, músicos, dilettantes y potenciales angry young men, jóvenes despiertos en una Gran Bretaña que empieza a sacudirse el sopor de la posguerra. Con el auspicio de Joe Boyd -un productor importado de los Estados Unidos cuyos escasos años escondían una considerable experiencia en la escena de folk y blues de su país natal- Incredible String Band firma para Elektra y debuta con un LP sencillo en ambiciones. Entre temas de folk, blues acústicos y baladas la pluma de Robin en October song, anticipa la búsqueda interior que fructificará en posteriores obras: "solía buscar la felicidad / solía perseguir el placer / pero hallé la puerta detrás de mi mente / y ese es el mayor tesoro…"
Se marcha Palmer y Williamson sale a recorrer el mundo, como se acostumbraba entonces. En su valija se acumularán stickers de Tangier, Marrakesh, Casablanca… En el trayecto descubrirá lenguas y tonalidades desconocidas, instrumentos que sumarán vibraciones insólitas a la madeja musical del grupo.


"El alba llega sigilosa cuando piensa que no la veo"

Para cuando Robin se reúne con Mike Heron otra vez, la generación de ambos estaba en su pico creativo. Tener veintipico de años en 1967 es soñar con llevar la imaginación al poder, luchar por parar una guerra, sentir que las fronteras se vuelven sinuosas porque los jóvenes han descubierto nuevos códigos de comunicación que trascienden el concepto de países. 1967 es, además, el año del Verano del Amor, el año de Sargent Peppers… y el año de "5000 Spirits or the Layers of the Onion" (5000 espíritus o las capas de la cebolla), segundo long-play de Incredible String Band, un diario de ruta existencial, un collar de anécdotas, vivencias y recuerdos que será amor a primera vista (o primera audición) para algunos y enigma infranqueable para otros. Es que aún en los años '60, cuando el rock era mucho menos previsible y convservador, el estilo era algo con lo que había que ser consecuente. Cambiar radicalmente de estilo dentro de un mismo álbum causaba sorpresa, ni hablar cuando estos cambios ocurrían dentro de los límites de una canción, cuando Robin y Mike cambiaban de una balada a un blues, una tonada oriental o a una rima infantil para darle color a un estado de ánimo o separar climas opuestos entre una y otra estrofa de una letra.
Robin y Mike manejaban entre los dos más de 25 instrumentos musicales, incluyendo la cítara hindú y el gimbri, una especie de violín árabe que Williamson trajó de sus aventuras por Marruecos, además de los más variados elementos de percusión, flautas, teclados e instrumentos de cuerdas.
Semejante despliegue, no obstante, descartaba el virtuosismo exhibicionista en favor de un uso de los instrumentos como vehículos de color y tonalidad, en perfecta resonancia con el espíritu de las letras. La poesía puede, por momentos, parecer densa y solemne, como en My name is death (Mi nombre es Muerte) pero también da lugar a una canción de amor perfecta como Painting box (Caja de pinturas) o nos hace compartir la melancolía de quien recuerda su primer amor y la candidez de la temprana adolescencia, como en First girl I loved (La primera chica que amé), donde Williamson canta: "debo haberte hecho el amor mil veces / aunque nunca dormimos juntos / porque éramos muy jóvenes / y no teníamos adónde ir…" a la vez que pondera, entre resignado y comprensivo, el paso del tiempo: "probablemente estes casada ahora / con casa, chicos, auto y todo eso / y te hayas tranformado en otra desconocida…"


"Las amebas son muy chiquititas…"

Llega 1968. Incredible String Band es ahora un cuarteto, con la incorporación de Licorice McKechnie (Likky) en percusión y voz y Rose Simpson en bajo y violín. Las chicas eran pareja de Robin y Mike, respectivamente, y su entrada a la banda completa la explicación del lema "la atmósfera y las relaciones primero, la perfección técnica después", sobre todo si tenemos en cuenta que Rose aprende a tocar bajo y violín recién al integrarse a Incredible. Mike, Robin, Likky y Rose salen al camino a comunicar la buena nueva: "deberéis haceros como niños para entrar al Jardín", decía el Nazareno, y por cierto que el tercer álbum, "The Hangman's Beautiful Daughter" (La Hermosa Hija del Verdugo) mira al mundo desde lo pequeño y lo infinitesimal. Koeeoaddi there (Allá en Koeeoaddi) es un recuerdo de niñez en pueblo chico, con Williamson recorriendo su inimitable vena nostálgica: nací en un casa donde las puertas cerraban fuertemente / dedos sombríos en las cortinas, a la noche / y una calle principal adonde no me dejaban ir / solía sentarme en la pared del jardín y decirle ¡hola! a la gente tan alta que pasaba / hola a la piel rugosa del cartero / hola a la sonrisa rugosa del panadero…"
Swift as the wind (Veloz como el viento) muestra tal vez al mismo niño teniendo una visión, la de un angel a la vez hermoso y terrible que viene "de la tierra donde no hay noche". Su padre, en una típica reaccion adulta, interrumpe la visión, diciéndole que "no hay ninguna tierra como esa / la noche lo rodea todo" y que se vaya abajo a jugar como los demás chicos. Todo esto sucede con el marco de un canto solemne, de trance casi eclesiástico, donde la sensación imperante es de desasosiego, como el que producen las revelaciones inesperadas, que abren una brecha hacia lo desconocido. En el final, el niño, enfrenta ese "impedimento" que representa la incomprensión paterna con una resignación hecha de sabiduría: "Veloz como el Viento / quédate si quieres / nos volveremos a ver en tu hermoso castillo / pero puede que me tome un tiempo todavía / puede que tenga que pasar algun tiempo allá abajo…"
"Hangman's…" tiene espíritu de leyenda, con personajes como el minotauro -derecho de hombros, que piensa como soldado y sabe lo que está bien y lo que está mal
la ameba de A very cellular song que afirma: "oh, no hay penurias viviendo la vida sin tiempo / si necesito un amigo doy una sacudida / y me divido por el medio / y cuando miro somos dos / igual de hermosos…".
Amebas, sombreros de brujas, caracoles debajo de las piedras… "Hangman's" construye su universo a partir de lo biológico -lo tactil, lo que se puede oler, palpar, sentir, lo que está cerca de la tierra y de los demás elementos y es amigo de esa Divinidad omnipresente porque "todo lo que se mueve es movido por sus manos / ella se refleja por siempre en la vida de las tierras / en la construcción de los pensamientos / en el flotar de las arenas…"

"Las estaciones cambian"
1968. Con el empuje que les brinda la popularidad ganada a partir del suceso de "Hangman's…" y de sus habituales presentaciones en suelo británico, Incredible String Band encara su proyecto más ambicioso, el álbum doble "Wee Tam and The Big Huge". El nombre ("Bien chiquito y muy enorme") es una pista que nos coloca en el camino para seguir la gran aventura de Mike y Robin porque, ensanchando el sendero abierto en "Hangman's", los Incredibles encara su visión de mundo desde dos perspectivas diferentes, de acuerdo a las técnicas de composición de sus miembros. Mike Heron es el artesano de pequeñas viñetas, con un ojo siempre alerta para los detalles diminutos de seres y objetos. En su poesía se trasparenta la empatía de un ser de la creación hacia sus semejantes, lejos del barniz dulzón de la falsa inocencia.
El foco de las composiciones de Robin Williamson, por otra parte, se inclina hacia lo amplio, lo global, lo ecuménico. Robin salta de lo religioso a lo profano, de los antiguos mitos al cosmos. Quizás la síntesis ideal de su rango compositivo puede encontrarse en su canción Maya donde compara al mundo con un gigantesco barco que contiene a todos los personajes de la historia y a todas las profesiones, describiendo su traslación por el espacio heliocéntrico como "un viaje turbulento en un tiempo calmo".
En The circle is unbroken sintetiza la visión del continuo devenir: "Las estaciones cambian / pero hay una mirada inmutable / oh, hermanas de ojos profundos /¿ es a vosotras a quienes veo?/ Llevais dentro la simiente bella de niños aún no nacidos, plenos y libres / entre vuestros dedos se tejen los destinos / los lazos secretos del grano amarillo…"


"Verily, verily"
1969. El año del hombre en la luna. El último de los Beatles. El de los Stones en Hyde Park en el adios a Brian Jones. El año de Woodstock y también el de Altamont.
El del cambio de la marea. El rock que asomaba como otra rama del árbol contracultural que también integran una literatura, un teatro y un cine cuestionadores, se va transformando lentamente en una industria cada vez más floreciente, con sus códigos y su mitología particulares -giras, groupies, imágen, márketing.
Aunque la era del videoclip todavía está lejana, el rock ya entra en el hogar de la familia tipo sin provocar erupciones ni eczemas a pesar de que los personajes que llenan la pantalla del televisor hagan muecas amenazantes y esten enfundados en cuero negro. El rock empieza a prolijarse las uñas con miras a futuras entregas de Grammys.
Incredible String Band sigue su curso pero los títulos de sus siguientes discos, "Changing Horses" (Cambiando caballos) y "I Looked Up" (Miré hacia arriba), son reveladores de que un cambio está en el aire. Ambos álbumes son transicionales, "confusionales" podría decirse. Robin, Mike, Likky y Rose aparecen en "Changing Horses" como si estuviesen disfrutando de los últimas días de calor de un verano inolvidable pero sientiendo en sus cuerpos el escozor de las primeras brisas otoñales.
Algunos temas como Sleepers awake, Dust be diamonds o la tour de force de Heron, White bird semejan mantras comunales, con algo de melancolía en las voces y la habitual y ya querible desprolijidad instrumental. Un párrafo aparte merece Creation, tal vez el tema más ambicioso y fascinante encarado por el grupo en toda su carrera. A simple vista parece raro que una composición extensa, articulada y con tanta vida interna integre un LP que por primera vez desde el debut parece más una reunión casual de canciones que un proyecto integral. Sin embargo, a medida que van transcurriendo sus tensionados quince minutos, un cúmulo de sensaciones simultáneas asaltan los sentidos. El mantra que entona el coro, como fondo a la recitación de Robin, evoca la solemnidad de una procesión funeraria egipcia, con toda la pompa que sugieree la simbología jeroglífica. El tono místico de las voces sugiere trance, desierto, miedos ancestrales, crepúsculo… Williamson recita las estrofas con la musicalidad de la liturgia, pasando por antiguos mitos que evocan la creación del universo por una deidad femenina. Luego, como anticipándose al Dream is over de John Lennon, se le oye entonar: "no se les concederá alabanza / a aquellos que quebraron el globo armonioso en fragmentos diseminados / y aún así se movieron necesariamente con un designio perfecto / complementando armonía con discordia / y luz con oscuridad…" Es tiempo de desengancharse, entonces, de buscar otros cauces. "Fue entonces que nos bajamos de la máquina del mundo / entre la palma y los dedos / quitándonos como guantes / y por cada ojo que derramó una lágrima / hicimos de esa lágrima un océano / y en las cinco direcciones / soltamos nuestras embarcaciones…"
Después de un tormentoso cuarto de hora, Creation termina optimista, en una especie de blues perezoso al estilo de los años '20, con un galeón que se pierde en el océano, a toda vela…


"Cuando averigües quién eres…"

Pero el puerto estaba lejos. "I Looked Up" refleja la confusión de un grupo cuyo equilibrio interno se ha alterado y que busca, a tientas, afirmarse en un nuevo camino. A pesar de su estructura despareja, hay temas que mantienen el peso específico de la obra de la banda, como “When you find out who you are”, de Williamson y dos notables composiciones de Heron, This moment, una reveladora oda a vivir el presente, estructurada como canto y respuesta entre Mike y Licorice y The letter, el cálido homenaje a una fan del otro lado del mar.
Otra conquista menor de "I Looked Up" fue un tímido ingreso en la electricidad, un sonido con algo más de punch que presagiaba mayores cambios en la estructura musical de ISB.
Los cambios propiamente dichos vendrían después de dos experiencias casi paralelas que, junto con dos inminentes álbumes solistas de Heron y Williamson ("Smiling Men With Bad Reputation" y "Myrrh", respectivamente), evidenciaban una fuerte pulsión interior por desarrollar nuevos caminos de expresión.

La primera de estas experiencias fue el montaje del espectáculo (y correspondiente disco doble) "U" en 1970, descripta como "una parábola surrealista de canciones y danza" por sus mentores, los Incredibles y la troupe de danza Stone Monkey.
Robin la definió como "nuestro intento de representar teatralmente la forma de vida de una comuna. No encajaba del todo con el formato de teatro o ballet convencionales pero nos sirvió para ver las limitaciones de estos medios."
Aunque confundió a los críticos, "U" fue bien recibida por el público londinense y su presentacion neoyorquina hubiese trabajado a sala llena de no haberse pactado demasiadas representaciones. Para muchos, no obstante, el aspecto más interesante de "U", una extraña mixtura de temas orientales, vaudeville y blues burlones, fue el creciente papel del líder de Stone Monkey, Malcolm Le Maistre en Incredible String Band. Al irse Rose Simpson en 1970, Malcolm se transformó en un miembro estable de la banda. Cuando ingresó, tocaba bajo y un poco de teclados, además de mandolina y flautas varias. Pero siendo en principio un bailarín, con él ISB recuperó otra vez su costado visual, que había sido un ingrediente importante en el principio de la carrera del grupo.
La ausencia de Le Maistre del álbum "Be Glad For The Song Has No Ending", (Alegrate, porque la canción no tiene fin), aparecido en 1971, sugiere que este disco se grabó antes o simultáneamente con "U". "Be Glad…" es la banda de sonido del otro proyecto visual que los Incredibles encararon a comienzo de la década: un film, en parte argumental, en parte con el grupo tocando en escena, donde sí le cabe un rol a Malcolm, haciendo de pirata en el cuento The pirate and the crystal ball.


"El viejo campo de batalla"
La decisión del productor y mánager de Incredible String Band, Joe Boyd, de volver a Estados Unidos puso al grupo ante otra encrucijada. Boyd -actual director del sello Hannibal- era a esa altura un personaje muy respetado en el ambiente musical inglés y un factor clave en el renacimiento del movimiento folk. A través de su productora Witchseason, Boyd había manejado también la carrera de Fairport Convention, Nick Drake, John Martyn, Sandy Denny y Richard Thompson.
No obstante la banda asimiló el sacudón y decidieron continuar viaje encargándose ellos mismos de la producción en estudio, rol que paulatinamente fue recayendo más y más en Mike Heron.
Tal vez un factor importante en el ajuste de ISB al cambiante esquema musical y social de los años '70 tuvo que ver con la asociación del grupo con la Scientology, la experiencia filosófico-conductista liderada por Ron L. Hubbard. Al respecto, Robin Williamson declaró en esos días: "la scientology nos ayudó a comunicarnos mejor con nuestras audiencias pero también fue útil en otras áreas. En realidad es una ayuda para sobrevivir al siglo XX, por ejemplo para poder vivir en la ciudad. Antes teníamos que rodearnos de un medio ambiente reposado y campestre para crear; ahora podemos ser creativos en medio del ruido urbano…"
"Liquid Acrobat As Regards The Air" (Acróbata líquido con respecto al aire) es un álbum complejo y fascinante. En el aspecto instrumental es el primero en incorporar guitarras eléctricas y batería no ya como un elemento de color, sino una de las bases del "nuevo enfoque" de Incredible, que se hace evidente además en la variedad de estilos, que hasta incluye un pionero reggae (Adam and Eve). Las letras muestran una preocupación por la vida después de la muerte, tópico presente en dos canciones, Talking of the end y Dear old battlefield.
Otro tema recurrente es el origen del hombre, tomado aquí con una pizca de humor e ironía en el citado Adam and Eve y en Evolution rag.
"Liquid…" es también el punto de partida de un cambio en la relación de fuerzas interna de Incredible String Band. La antigua bipolaridad Williamson-Heron se quiebra aquí para incorporar cada vez más la influencia de Malcolm Le Maistre. En "Liquid…" su aporte es mayormente instrumental pero en el siguiente álbum, "Earthspan", su presencia de compositor y cantante va a ser uno de los factores claves del renacimiento creativo en la banda.


"Venus bajó un rato a Inglaterra…"
Los Incredibles de "Earthspan" (La amplitud de la tierra),1972, suenan renovados y dispuestos a recorrer nuevos caminos. El título mismo del disco, "La Amplitud de la Tierra", parece hablar de una confianza recuperada. Comienza la obsesión por el mar, que será tema recurrente en los tres últimos álbumes de ISB. My father was a lighthouse keeper y Sailor and the dancer, de Le Maistre, Seagull, de Heron y Banks of Sweet Italy, de Williamson tienen por argumento historias de marineros y guardafaros. Banks…es un canto y respuesta entre un marino y su amante, en tono de madrigal, con el marco de la Europa del siglo 17, cuando los barcos eran pálidas cáscaras de nuez a merced de los vientos y las mareas.
Williamson está otra vez a tope como compositor. Restless night es un ejemplo de sus clásicos blues con sabor oriental mientras que Moon hang low lo muestra en vena blusera pero con un original toque New Orleans. Heron destaca en Antoine, una historia de amor con el marco de la campiña francesa, rubricada por órgano de iglesia y violín gitano, en tanto que el grupo entero se luce en el popular número folk Black Jack David.
Licorice se destaca en Sunday song, un canto de amor casi religioso con letra de Likki y un exacto partenaire vocal en Le Maistre, quien siempre sabe brindar el tono dramático a sus interpretaciones, aunque a veces se pase de solemnidad.
"Earthspan" es un disco importante en la etapa eléctrica de ISB. A pesar de que les quedaban aún dos álbumes en el tintero con varios temas destacables, el grupo no volvería a reproducir este compendio de variedad e imaginación. Dicho esto, hay que admitir que su sucesor, "No Ruinous Feud" (Ningun litigio terrible) , también tiene lo suyo, a pesar del éxodo de Licorice, un puntal de "esa cosa diferente" que exhudaba Incredible.
En su lugar entrará Gerald Dott, hábil en teclados e instrumentos de viento. Heron, Williamson, Le Maistre y Dott, más un puñado de sesionistas que entran o salen según el tema, se proponen realizar un álbum heterogéneo y estimulante y lo consiguen. Malcolm lleva la obsesión por los viajes a un interesante giro con el tema Down before Cathay, un relato ambientado en la China del Kublai Khan, que bien podría haber sido extraído del Libro del Millón, el célebre volúmen que contaba las andanzas de Marco Polo por el Lejano Oriente.
The old buccaneer, de Robin, es -como decía un catalán- "una de piratas", completa con abordajes, tempestades y mucho ron, pero el relato de aventuras que se lleva el premio es Explorer, de Heron, un homenaje a todos los intrépidos solitarios que, desafiando toda cordura, se lanzaron a la conquista de los confines polares y a los que dejaron la osamenta en el intento: "estoy perdido / a merced de las nubes de tormenta/
aquí viene la nieve profunda / y me entregaré al sueño, dulce Margaret, mi amor / sin nadie que me escuche cuando grite / sin nadie que me abrace cuando suspire / sin nadie que me observe morir / ¿cómo seguir viviendo?…"
Y hay más. Williamson revela un costado inédito con el relato de un ilícito affair con una mujer casada en Saturday maybe y con el vaudevillesco Circus girl, que parece una despedida a Licorice. Sorpresa inesperada: una alegre "cover" del número country My blue tears, de Dolly Parton.


Final
Al comenzar 1974 resulta evidente que no todas son rosas en el campamento de ISB. El desgaste lógico de una larga y cambiante carrera ha hecho mella, no tanto en las actuaciones en vivo (las cronicas de la época sostienen que Incredible nunca sonó tanajustado y seguro como en la etapa 1973-74) pero sí en lo que hace a las metas personales de sus integrantes: Heron está ansioso por profundizar una veta más rockera y Williamson desea volver a bucear en las raíces del folklore celta. Ambos seguirán sus inclinaciones en sendos proyectos individuales, Heron llevándose a Le Maistre y otros Incredibles de la última etapa para su banda Reputation y Robin afincándose en Estados Unidos, en Los Angeles, para dar forma a la Merry Band. Después de Reputation, Malcolm Le Maistre mantuvo un bajo perfil, hasta regresar en 1994 con un nuevo álbum, "Nothing Strange".
Pero antes del final, quedaba un último álbum, "Hard Rope and Silken Twine",
(Soga gruesa y hebra de seda) donde ISB se ve aumentado a sexteto: se va Dott y entran tres nuevos músicos: Stan Lee, Jack Ingram y Graham Forbes. Invirtiendo un viejo adagio, puede decirse que en "Hard Rope…" la suma de las partes es superior al todo. La parte final del álbum está ocupada íntegramente por la suite Ithkos, punto culminante de la saga marítima Incredibiliana, en este caso con el relato pormenorizado de una travesía por el mar Egeo. La suite es despareja pero la animan sus climas cambiantes y la chance de escuchar a Incredible -aumentado para la ocasión a seis miembros- haciendo un pedazo de hard-rock por única vez en su historia.
La primera parte de "Hard Rope…", más que un proyecto grupal, muestra a Heron, Williamson y Le Maistre casi en tren de solistas y, en el mejor de los casos, haciendo de sesionistas de los otros. Si esta afirmación suena anticlimática, podemos consolarnos pensando que hay dos temas a la altura del mejor ISB: una solemne tirada anti-bélica de Robin titulada Last days of February y Maker of islands, de Heron, una reposada plegaria de amor. "…necesito alguien que tome el timón por la noche / alguien que navegue hasta que llegue la luz / pero por sobre todo necesito una hacedora de islas…"
A manera de alegre epitafio, los Incredible dan las hurras con Dumb Kate, humorística viñeta danzarina y picaresca -grabada en vivo- acerca de una chica que decide ir a Alaska a hacer unos pesos como mesera pero que además, se toma horas extra para brindar un poco de calor a los mineros de esas zonas alejadas de la mano del Señor: "…ella te mantendrá la sangre circulando / hasta que llegue el deshielo / si el licor de maíz no te hace efecto / te aseguro que Kate lo hará…"
Incredible String Band cambió nuestra percepción sobre la relación entre música y poesía, extendiendo a la vez las fronteras de ambas. A través de cuentos, poesía e imágenes superpuestas con elementos de diferentes eras, seres y culturas, Incredible String Band llevó a cabo una celebración de la vida a la manera de los antiguos juglares itinerantes, apuntando al misterio original, ese que el grupo -tal vez para ahuyentar la impresión de solemnidad- llama en una de sus canciones "la pregunta medianamente importante": ¿Qué somos? ¿De qué formamos parte?
Como epílogo vaya la frase con que los Incredibles solían despedir a sus audiencias: "que el sol duradero brille sobre tí / que todo el amor te rodee / y que la pura luz de tu interior / te guíe a lo largo del camino…"

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Robin Williamson recuerda a ISB
"Me gustaba la idea de hacer en música lo que los pintores primitivistas hacían con la pintura, trabajar sin técnica. Nuestra idea era tratar de romper las barreras entre el artista y la audiencia, acercar la música a la gente. Esto era bastante antes del sintetizador, de modo que para crear todos los sonidos que se nos ocurrían era necesario acudir a muchos elementos, por eso empezamos a buscar otros instrumentos en la música de otras partes del mundo, instrumentos africanos, hindúes, chinos.
"Todavía me gusta mucho ese enfoque pero hoy en día tengo otra relación con la música. A los 35 años aprendí a leer y escribir música y mi actitud ahora es probablemente un poco más ortodoxa. Cuando vivía en Los Angeles me volví mucho más interesado en mis propios ancestros y hoy en día estoy más interesado en escribir en el estilo de la música folk de Escocia e Irlanda.
"Hace poco escuché algo que me hizo acordar a la Incredible String Band del principio y era ¡música de Madagascar! Tiene elementos hindúes, elementos musulmanes, elementos africanos y elementos europeos.
"Volviendo a la relación con la gente, en la época de ISB intentábamos vivir de una forma más social. Algunas cosas eran difícil de lograr, algunas cosas toman mucho tiempo pero todavía me gusta ver gente que toma en cuenta a sus semejantes. Y creo que está volviendo a suceder después de mucho tiempo. Siento, no sé cómo decirlo, la presencia de una cierta fuerza. Después de un período muy deprimente como fueron los '80s, veo gente que está tomando partido en cuestiones que tienen que ver, por ejemplo, con el medio ambiente. Pero, por sobre todo, he notado el surgimiento de una nueva espiritualidad a nivel mundial…"


Mike Heron habla sobre ISB
"Estamos muy orgullosos de lo que hicimos en los años '60 y creo que todos los músicos involucrados están haciendo cosas interesantes ahora. La recuerdo como una época en que había muchas cosas sucediendo al mismo tiempo en cuanto a modelos de vida, música… La gente no pensaba en función de categorías estancas.
"Parte del secreto de nuestra temática era que deseábamos salir de los lugares comunes de las canciones, por ejemplo, que se pudiese decir algo más en las letras que hablar de un romance convencional o de autos… Buscábamos nuevos ángulos, nuevas perspectivas."


Malcolm Le Maistre habla sobre ISB
"Yo venía de actuar en grupos de teatro y me tomé unas vacaciones en Nueva York con mi amigo Rakis, que estaba en la troupe de Stone Monkeys. Era fan de los Incredibles y dio la casualidad que paramos en el mismo hotel, el Chelsea. Allí fue donde los conocí y donde nos hicimos amigos. Tiempo más tarde, al irse Rose, me ofrecieron sumarme al grupo, lo cual me sorprendió porque, a esa altura, yo no era lo que se dice un músico con experiencia. Puede decirse que aprendí música tocando con Incredible String Band.
"Los temas que tienen que ver con el mar no tienen que ver con mi experiencia personal pero sí con mis sentimientos. La cercanía del mar me despierta emociones, me sensibiliza. Siempre me fascinó la literatura acerca del mar, gente como Joseph Conrad, por ejemplo, gente que escribió acerca del mar como una metáfora acerca de la vida y de los viajes. Me gusta mucho viajar y conocer otras gentes y otras culturas…"

(Declaraciones tomadas de entrevistas con el autor, que se realizaron en la Convención de Leeds, Inglaterra, de 1994 cuando Williamson, Heron y Le Maistre tocaron, en forma separada, para unos 300 fans reunidos en el Hotel Griffin.)


Posdata Uno

Reencuentro en el Bloomsbury Theatre, Londres - Robin Williamson & Mike Heron en concierto, 4 de octubre de 1997.
A pesar de que Incredible String Band se separó hace 23 años, tanto Robin Williamson como Mike Heron continuaron su actividad musical por caminos diferentes.
Robin se radicó en Los Angeles donde grabó varios discos junto a la Merry Band, antes de proseguir su carrera como solista, primero en Estados Unidos y ya desde hace unos años desde su nuevo hogar en Gales. Williamson va de gira constantemente y su nombre es una presencia constante en festivales y eventos folk.
Mike formó los grupos Reputation y Heron y más tarde estuvo algunos años desligado de la industria musical hasta retornar con una nueva banda en 1994 y lanzar un flamante CD en 1996.
Si bien el interés en la Incredible String Band nunca decayó, en los últimos años un puñado de fans fogosos organizaron una sociedad de apreciación, cuyo órgano informativo, la revista Be Glad For The Song Has No Ending sirvió de elemento aglutinante de las huestes Incredibilianas, tanto las británicas como las que están dispersas por el mundo. Después de organizar la Convención de Leeds en 1994, donde acudieron Robin, Mike y Malcolm, Be Glad dio otro paso trascendental al ingresar a Internet, donde desarrolla un Web Site interesante e ilustrativo. Con la creciente legión de fans que se comunicó a la revista o al Site, el interés por cuestiones Incredibilianas alcanzó masa crítica este año, alentando la edición del álbum "Chelsea Sessions 1967", compuesto por "outtakes" y temas inéditos de la era de "5000 Onions". Promediando el año, además, se produjo el anuncio de que Robin y Mike habrían de compartir por primera vez un escenario en 23 años durante dos recitales, uno en Glasgow y el otro en Londres. Varias semanas antes de los conciertos, las localidades ya estaban totalmente agotadas…
El clima no podía ser más adecuado para celebrar a estos dos músicos que no tocaban juntos desde ¡1974!. Lleno total para el elegante teatro Bloomsbury, ubicado a escasos metros de la populosa estación de Euston, en el centro mismo de Londres. En la audiencia podían adivinarse las caras iluminadas de viejos fans, incluyendo cólegas célebres como Robert Plant, Roy Harper y Robyn Hitchcock, la presencia de una ex-ISB, Rose Simpson -hasta hace poco mayoresa de la ciudad de Aberystwith, en Gales- y los que llegamos de geografías más lejanas, como un fiel puñado de españoles y la reprentacion argentina, o sea Pipo Lernoud y un servidor.
De entrada se dijo que no se trataba de una reunión de Incredible String Band, sino que Robin y Mike iban a tocar sus nuevas obras, mezcladas con algunos clásicos de antaño y acompañados por dos músicos de la actual banda de Heron, John Rutherford en guitarras y Dave Haswell en percusión.
No fue Incredible pero hubo temas de ISB (Everything's fine right now, October song/Maya, Koeeaddi there, Log cabin home in the sky) y un sentimiento de bonhomia que trascendió la atmósfera tal vez excesivamente informal que bajaba del escenario. En lo estrictamente musical, Williamson se llevó las mejores partes. Acompañándose en guitarra o en arpa escocesa, cantó y recitó material de sus últimos discos, en especial de "Island of the Strong Door", interpolando anécdotas humorísticas y emotivas entre tema y tema.
Heron recorrió también material reciente -temas como Killing the dragon, Mexican girl, Song for Robert Johnson, 1968 y Baby goodnight de su reciente álbum "Where the mystics swim". Aunque su repertorio es sólido y sus dotes compositivas están intactas, Mike se mostró un tanto contenido, como si la presencia de su viejo compañero de andanzas lo intimidase un poco después de tantos años…
Como fuere, la experiencia fue memorable y la audiencia agradeció con una generosa ovación tantos años de inspiración y emociones, además de la chance única de haberlos visto de nuevo juntos sobre un mismo escenario.


Posdata Dos

ISB en el Tercer Milenio

Desde que se hizo esta nota, Incredible String Band desarrolló una nueva etapa en su carrera. En el año 2000 la formación original de Robin Williamson, Mike Heron y Clive Palmer se reunió para dos recitales en el teatro Bloomsbury, de Londres, en lo que fue, efectivamente, el comienzo de un nuevo ciclo. Los acompañó en esta ocasión Lawson Dando, en teclados, y Bina Williamson (esposa de Robin) en voz. Este quinteto realizó nuevas presentaciones en 2001 y se publicó un mini-album llamado “Bloombsury 2000” conteniendo material de esos recitales londinenses.

Actualmente Robin se ha desvinculado de ISB y continúa una muy prolífica carrera como solista. ISB continuó su marcha por un tiempo con una formación que incluía a Heron, Palmer, Lawson y la violinista y cantante Fluff. Este cuarteto grabó un álbum de llamado “Nebulous Nearness” en octubre de 2003, en los estudios Real World, propiedad de Peter Gabriel, con una audiencia invitada. Como comentamos en otra de nuestras entradas (ver más abajo) hace poco salió un CD doble de rarezas, inéditos y outtakes llamado “Tricks of the Senses”.


Alfredo Rosso, marzo de 2009