domingo, 6 de abril de 2008

DORY PREVIN, CANTAUTORA EXCEPCIONAL


Cuando trabajaba en el sello discográfico Music Hall, en la segunda mitad de los '70, conocí mucha música fabulosa, que provenía de los catálogos de Warner, Elektra y Atlantic, de los cuales la compañía argentina era licenciataria. O sea que cada semana recibíamos muestras de gran cantidad de discos de Inglaterra y Estados Unidos. Si el disco interesaba, se pedían las cintas máster y se editaba en la Argentina. Si no, las muestras quedaban en el archivo de la grabadora, para escucharlas todas las veces que quisiéramos. Así descubrí la música y la poesía de esta excelsa cantautora llamada Dory Previn, prácticamente desconocida en la Argentina. Años después, gracias a una fortuita búsqueda en Internet, pude bajarme un reportaje a Dory, hecho por una locutora radial estaounidense llamada Bernadette Cahill. Le mandé un mail, felicitándola por el excelente nivel de la entrevista y, para mi sorpresa, una cosa llevó a la otra y algunas semans más tarde, yo mismo estaba entrevistando telefónicamente a la gran artista. El resultado se publicó en la revista La Mano y algunos meses más tarde he decidido hacerlo público para todos ustedes. Espero que les guste.


EL DOBLE EN EL ESPEJO

“Porque vivimos a golpes
Porque apenas si nos dejan
Decir que somos quien somos
Nuestros cantares no pueden ser
Sin pecado un adorno
Estamos tocando el fondo
Estamos tocando el fondo”.
Gabriel Celaya


Cantautora exquisita, Dory Previn cantó sobre parejas disfuncionales, traumas infantiles, la guerra, los prejuicios religiosos, la autoridad represora y estereotipos sexuales, con una prosa filosa y un humor tragicómico a flor de piel. Lúcida y ocurrente a sus ochenta años, Dory compartió recuerdos de su vida y su carrera con Alfredo Rosso.

El tema se llama “Twenty-mile zone” y la letra nos cuenta que la protagonista va en su auto con la ventanilla abierta, aullando a voz en cuello (“gritándole a la noche, gritándole a la oscuridad, gritándole al miedo”), cuando un policía en moto la hace parar y se la lleva detenida… ¡por estar gritando sola!
Dory Previn pasó mucho tiempo gritando sola. Tratando de sacudirse el trauma que le produjo la difícil relación con un padre mentalmente alterado por haber peleado en la Primera Guerra Mundial y, más tarde, bancándose los prejuicios del show-business musical hacia una mujer que escribía letras tan buenas o mejores que las de autores masculinos. El grito de Dory, sin embargo, llegó a destino: logró compartirlo con todos nosotros a través de nueve álbumes que llevaron el género del cantautor a una nueva dimensión.
Nuestra nota tuvo un toque novelesco. Dory no es demasiado proclive a las entrevistas, por eso ya me consideraba afortunado con haber obtenido el audio de un excelente reportaje realizado por una radio independiente estadounidense. Ávido de más datos, logré contactar a la conductora, quien para mi sorpresa, no sólo se prestó a darme su propia visión sobre la obra de Previn, sino que allanó el camino para que pudiésemos llegar a la propia artista. Una semana después, Dory Previn accedía a ser entrevistada por La Mano.
Dorothy Veronica Langan (más tarde Langdon), nació en Rahway, New Jersey, Estados Unidos, el 22 de octubre de 1929 ó 1925, según fuentes diversas, y se inició en el mundo del espectáculo en su adolescencia. “Mi padre era un músico frustrado, y me alentó a ser una artista. Yo sentía una profunda necesidad psicológica de complacerlo y desde pequeña actué como cantante y bailarina en mi pequeño pueblo natal. Años después escribiría una letra acerca de ese período donde decía: ‘Bailaba para complacer a mi padre / sólo para conquistar una mirada suya / buscando su aprobación / bailaba, bailaba y bailaba’ ”
Después de concluir la escuela secundaria, Dory estudió durante un año en la American Academy of Dramatic Arts. De allí en más trabajó como actriz y bailarina. Cuando empieza a escribir letras de canciones consigue un empleo con la compañía MGM donde la ponen a trabajar con el compositor André Previn.
En mayo de 1957 Dory grabó su primer álbum, Leprechauns Are Upon Me, para el sello Verve, acompañada por André y por el guitarrista de jazz Kenny Burrell. “Fue mi primer intento de escribir desde mí misma, desde mi interior.”
Al escuchar Leprechauns… impacta lo adelantada que estaba Dory. A fines de los ’50 las canciones de amor presentaban situaciones estereotipadas. En medio de temas que proclamaban “llévame volando a la luna” o “eres todo lo que necesito en el mundo”, no era común que un letrista –mucho menos una mujer- se atreviese a encarar las relaciones hombre-mujer con franqueza y humor. “Por favor ¿no podemos ser enemigos? / ¿Tenemos que seguir hablándonos? / Ya que no congeniamos, pongámonos espalda contra espalda / en lugar de mejilla contra mejilla…”
La relación laboral derivó en romance y André y Dory se casaron el 7 de noviembre de 1959. La sociedad musical de los Previn resultó un éxito: en la primera mitad de los ‘60 escribieron varios hits de películas –incluso tuvieron dos nominaciones para el Oscar por Mejor Canción- y sus temas fueron grabados por intérpretes famosos, desde Judy Garland a Frank Sinatra, pasando por Doris Day, Tony Bennett, Bobby Darin, Sammy Davis Jr. y Dionne Warwick. En 1965, Dory sufrió un colapso nervioso y debió ser internada brevemente en una clínica psiquiátrica. Igual continuó escribiendo con su marido y fue en esta época en que comenzó a usar el nombre Dory Previn.

En camino a... ¿adónde?

A fines de los ’60, André dirigía orquestas por todo el mundo y pasaba largos períodos fuera de los Estados Unidos. En esos días abandonó a Dory para irse a vivir con la actriz Mia Farrow, una amiga y frecuente visitante de los Previn.
La disolución de su matrimonio desató otra crisis en la vida de Dory, motivando una nueva internación. Al recuperarse, comenzó la transformación que la iba a convertir en una de las cantautoras más talentosas de su tiempo. Después de escribir la letra de “Come Saturday morning” para el film The Sterile Cuckoo (Los Años Verdes), un gran hit para The Sandpipers, Dory Previn fue contratada por el sello Mediarts (más tarde adquirido por United Artists) y grabó On My Way to Where, primer álbum de su carrera como solista, aparecido en julio de 1970. El título resumía el momento de confusión y a la vez de posibilidades insospechadas que vivía Dory: “Voy camino…¿adónde?”
On My Way to Where es un disco conmovedor. Dory desnuda su alma sin tapujos y sin anestesia, pero muchas de estas historias son universales. “Scared to be alone”, por ejemplo, contaba el drama de la incomunicación de una pareja cuando es demasiado tarde, cuando la relación ya se ha disuelto: “Hasta que alguien se ha ido / no nos esforzamos por conocerlo. / Cuando esa persona estaba a nuestro lado / nunca nos detuvimos a preguntarle / ¡Hey!, ¿qué hay detrás de tu espejo? ¿Qué hay detrás de tu máscara?”
Con un ritmo jazzero y juguetón que disfraza la gravedad de la letra, Dory canta “I ain’t his child”, acerca de la reacción inicial de su padre de negarla como hija cuando se enteró que su mujer estaba embarazada de Dory. Y con un similar aire de falsa inocencia, la Previn canta “Esther’s first communion”, apelando a recuerdos de su rígida formación católica. La pequeña Esther estudia el catecismo con tal devoción que tiene visiones de que Cristo se le aparece por la noche y que se sienta en la cama de su cuarto. Su madre la regaña duramente y a partir de allí Esther ya no le cuenta más nada acerca de sus posteriores encuentros con “...hombres mayores y jóvenes también / primos, amigos y hasta algún hermano...”
“With my daddy in the attic”, “Mr. Whisper” y “Beware of young girls” están también basadas en traumáticas experiencias personales. La primera remite a la difícil relación de Dory con su padre y deja flotando en el aire un par de alusiones incestuosas. “Mr. Whisper” alude al pasaje de la Previn por la clínica psiquiátrica y su admisión de escuchar voces dentro de su cabeza, en tanto que “Beware…” es una dura radiografía de la chica que se llevó a su marido. Mia Farrow es retratada como una mujer calculadora detrás de una apariencia de mosquita muerta. “Michael Michael” es la historia del un gay fornido y escultural que no se atreve a salir del closet, mientras que “Veterans’ big parade” bien podría rivalizar con las mejores canciones de Randy Newman en su pintura minuciosa de un desfile de ex combatientes con toda su mezcla de melancolía, fatuos honores que pasan por patriotismo y el auténtico dolor por los compañeros y familiares muertos en acción.

On My Way to Where no fue un éxito espectacular pero igual vendió unos 25.000 ejemplares, gracias a la prédica de boca en boca y a las críticas alentadoras que recibió. El crecimiento de la audiencia de Dory en unos pocos meses fue asombroso: el álbum Mythical Kings and Iguanas, editado en marzo de 1971, vendió exactamente el doble que el anterior. Mythical Kings... recorre el complejo mundo de las relaciones amorosas y la búsqueda de plenitud espiritual. La voz de Dory ha madurado y la música abarca una variedad de estilos sin desdeñar el costado rockero. Sobresale “The lady with the braid”, un compendio de las profundidades hasta las que uno puede rebajarse para intentar retener a la persona amada, pero el que se lleva las palmas entre estos temas sobre víctimas sacrificadas ante el altar de Eros es “Angels and devils the following day”.: “Amé a dos hombres / igual de bien / aunque eran diferentes como el Cielo y el Infierno / Uno era un artista / el otro manejaba un camión / uno me hacía el amor / el otro me cogía... El artista era tierno pero sufría de una culpa que lo hacía arrepentirse a la mañana siguiente / y allí en su cama me pegaba la culpa a mí / El otro me tomaba sin remordimientos / se levantaba con una sonrisa / y me la contagiaba / El ataque a mi alma, de esos miedos y tabúes, me lastimó mucho más que un machucón corporal / y así el que era suave, me hirió mucho más / que aquel tipo tosco que me hacía el amor en el piso."

Alguien más en mi cabeza

En Reflections In a Mud Puddle / Taps Tremors and Dance Steps (diciembre de 1971) Dory continúa explorando sus demonios interiores y de hecho la segunda parte del titulo corresponde a una suite con anécdotas de una infancia pasada a merced de padres disfuncionales. Pero las dos gemas superiores de este disco llegan antes: con tono de himno folk combativo, “The altruist and the needy case” trata de un individuo que se compromete con causas sociales y políticas muy loables, pero que en su vida personal no puede satisfacer las necesidades simples e inmediatas de su pareja. Por otra parte, en “Doppelganger”, el tono angustiado de Previn revela su encuentro con el enemigo más temido: el que uno lleva adentro: “Me parece ver a este extraño casi en todas partes... parece alguien común y corriente / pero… se esconde entre las sombras / observa a los niños en el parque / susurra cosas en el subte que te harían temblar... Anoche encontré obscenidades en mi pared, que no me atrevo a repetir... Y al leerlas comprobé que su escritura es idéntica a la mía.”
Dory: “Creo que todos tenemos un lado oscuro que aflora cada tanto y que a veces toma el mando... Cuando estuve en la clínica mental cobré conciencia que mi costado sombrío había tomado posesión de mí y que tenía que hacer lo posible para coexistir con él. Tomar muchos baños calientes...”
El siguiente álbum de Dory Previn fue el resultado de un musical que no llegó al escenario. Se llamó Mary C. Brown and the Hollywood Sign y apareció en noviembre de 1972. El tema/título es una metáfora para todos las ilusiones fallidas de los aspirantes a actores que han convergido en Hollywood buscando fama y fortuna en la “industria de los sueños” y, por extensión, de un Sueño Americano que suele tener pies de barro.
Las falsedades y culpas que distribuye la religión es otro de los blancos preferidos. “Left hand lost” (mano izquierda perdida) está basada, una vez más, en hechos verídicos. Dory: “Soy zurda de nacimiento e hija de padres católicos. En aquel entonces la mano izquierda no era bien vista por la religión católica, era como si fuese la mano del Diablo. Entonces te obligaban a escribir con la derecha. Es más, a un primo mío no paraban de pegarle en la mano “incorrecta” para que no la usara, lo cual le ocasionó un colapso nervioso, porque él se negó a complacerlos. Yo fui un poco más concesiva y por eso soy ambidiestra. Pero recién a los treinta y pico de años volví a escribir con la mano izquierda.”

Para enfrentar prejuicios y dogmas religiosos, Dory se vale de su mejor arma: la sátira. “Jesus was an androgyne” (Jesús era andrógino) debe haber puesto nervioso a más de un espíritu conservador dentro de su grabadora y –un disco más tarde- el tema “Did Jesus have a baby sister” planteaba la hipótesis de que el Nazareno, en vez de ser hijo único, habría tenido una hermana menor. Le pregunté si no había tenido problemas con el ala más conservadora y puritana de su país. “No, porque cuando hice esos temas -y sobre todo cuando los canté en vivo- los hice con humor. Sin embargo, mi padre se negó a hablarme hasta el día de su muerte, porque sentía que yo había hecho cosas terribles contra la iglesia. Pero lo que no entienden los que piensan como él son las cosas terribles que la iglesia hace en contra de todos nosotros.”

A mediados de los ’70, Dory Previn era una cantautora distinguida, capaz de despertar devociones fanáticas, como puede comprobarse en su álbum doble Live at Carnegie Hall, de julio de 1973, producto de una de sus poco frecuentes giras. El encanto del disco radica precisamente en el clima de complicidad y unión que se da entre la intérprete y su público.
En 1974 Dory firmó con Warner Bros. y con el cambio de compañía vino una propuesta musical más ambiciosa. Para su debut, Dory Previn, la cantautora fue acompañada por el habitual puñado de avezados sesionistas, poniéndole un toque de distinción a canciones de prosa refinada y expresiva. Para destacar: la vulnerabilidad de “Lover lover be my cover” (Amante: sé mi cobija) y la sofisticada estructura de “The empress of China”.
La curva evolutiva de Previn siguió en 1976 con la salida de We Are Children of Coincidence and Harpo Marx. El tema principal plantea la omnipresencia de las casualidades en todos las actividades humanas, socavando tácitamente las teorías sobre predestinación o Plan Divino. Dory lo canta con maestría, con esa costumbre suya de pegar un marco musical ligero a una letra compleja. En “I wake up slow”, la protagonista -al despertarse en una cama extraña después de una noche de pasión con un desconocido- en lugar de afectar arrepentimiento y querer huir rápidamente, sólo le pide que comprenda que tiene un lento despertar y que le resulta difícil reconectarse con la realidad por las mañanas.

Planeta azul, planeta triste

La sutileza de la música y la perspicacia de las letras de We’re Children Of Coincidence and Harpo Marx mostraban a una artista en plenitud. Por eso llamó mucho la atención que después de este álbum Dory Previn se llamara a silencio y no volviera a grabar hasta el 2004, cuando aparece Planet Blue, un proyecto que Dory decidió hacer público a través de la Internet y en el que trabajó en colaboración con Brad Fiedel. Planet Blue es una dura crítica a la política belicista de Bush y otros personeros de la guerra, compuesto en un momento -2004- en que había que tener ovarios para hacerlo, ya que muy pocas voces se alzaban por entonces contra la invasión a Irak. En un sentido más general, el álbum es también una advertencia sobre el peligro de un holocausto nuclear y sobre la inminente catástrofe ecológica que le espera a nuestro planeta de continuar nosotros, sus habitantes, con nuestra tradicional abulia hacia las cuestiones ambientales. A pesar de la gravedad del tema, lo que le da aire y gracia a Planet Blue es que el tono de las interpretaciones no resulta alarmista, sino más bien levemente aleccionador, con un dejo de melancolía y el habitual toque de humor negro.
El álbum sorprende, además, por la sutileza de los tratamientos sonoros que rodean a la voz de Previn y por la forma en que cada tema se funde con el siguiente, completando la impresión de una obra abarcativa y global. Dory: “Lo hice disponible a través de la Internet porque sentí que no era mío. Porque si bien yo lo escribí, fui meramente el instrumento a través del cual salió el álbum. Planet Blue representa, una vez más, mi total desacuerdo con todos esos fanatismos tipo ‘mi religión es la buena, la tuya no lo es’. Se supone que una religión debería inspirar amor pero uno recibe también todas esas amenazas, toda esa paranoia. Y generalmente es la gente que tiene más miedo –y esto aplica a las personas que están manejando mí país Estados Unidos en este momento- los que distorsionan las premisas de la religión y sus motivaciones originales.”
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Aunque casi no grabó en las últimas décadas, Dory siguió muy activa, primero preparando los dos volúmenes de su autobiografía, “Midnight Baby” y “Bog-trotter”; este último con todas las letras de sus canciones publicadas hasta ese momento. En 1980 actuó en una puesta teatral de sus canciones, “Children of Coincidence” en Dublin, show que fue filmado y emitido por la televisión irlandesa bajo el título de Hunky Dory, y en 1986 escribió una obra teatral “The Flight of the Gooney Bird”.

De Dory Previn en 2007 sabemos que sigue escribiendo y se siente feliz de que toda una nueva generación esté descubriendo sus discos, incluso el grupo escocés Camera Obscura le dedicó un tema con su nombre. Dory: “Por supuesto que me siento muy halagada por el reconocimiento que sigue teniendo my obra. Y sigo escribiendo, quizás no tanto en los últimos tiempos, porque mi esposo tuvo un problema de salud y estuve dedicando tiempo a estar a su lado, pero él siempre me dice ‘Dory, no pares. No dejes de hacer lo que hacés.’ Y eso nos hace sentir mejor a los dos. Ël también es un artista, de modo que me comprende…”

Alfredo Rosso

Un agradecimiento especial a Bernadette Cahill por su devota colaboración.

(Agregado en la sección El Deli, de La Mano, marzo 2008) :

Para quienes se entusiasmaron con la nota de Dory Previn (La Mano Nª 43), les comento que ahora pueden degustar una dosis del talento de esta gran cantautora accediendo a la recopilación que acaba de editar EMI Zonophone en Inglaterra. El CD se llama The Art of Dory Previn y contiene diecisiete canciones de su época más fructífera y prolífica, el período 1970-1972 en que Dory grabó para el sello United Artists…

Discografía de Dory Previn como solista :

Leprechauns Are Upon Me (Verve, 1957)
On My Way To Where (United Artists, 1970)
Mythical Kings and Iguanas (United Artists, 1971)
Reflections in a Mud Puddle (United Artists, 1972)
Mary C. Brown andn the Hollywood Sign (United Artists, 1973)
Live at Carnegie Hall (United Artists, 1973)
Dory Previn (Warner Bros., 1974)
We're Children of Coincidence and Harpo Marx (Warner Bros., 1975)
Planet Blue (edición privada, disponible gratis en Internet, 2004)

Libros autobiográficos :

Midnight Baby (MacMillan Publishing, 1976)
Bog-trotter - An autobiography with lyrics (Doubleday & Company, 1980)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que tal alfredo con gusto esperamos todos la nota de la revista...esperemos ke salga en junio a mas tardar...jajaaj ayer escuche todo su programa como de costumbre.. sii soy federico jaja "el pesado" jaja lo unico ke le pido es ke siga asi es un gran maestro y gracias a usted don alfredo conoci mucha musica bunisima y tmb muchas otras cosas mas como leer cosas asi de las ke lee usted en su programa ! ajja

muy bueno la fila cero... y como le dije una vez en un mensaje de texto estaba interesado en sus clases o cursos (si es que existen) poor ke oi un mensaje de una oyente diciendo lo mismo espero una respuesta en el programa,no tengo blog pero espero dentro de poco haceme uno asi estar en contacto con usted cordiales saludos y un abrazo de amigo aaj gracias alfredo groso!

el winco verbal dijo...

Rosso:¡ ya consegui un disco!!!